...y llamarás su nombre JESÚS

El evangelio seg n Lucas ofrece al lector occidental una perspectiva m s contextualizada de la ense anza de Jes s de Nazareth; es una visi n nica, diferente a la interpretaci n judaizante de los otros evangelios que presentan a Jes s mas como un Mes as regional que como el que Dios ha enviado para reconciliaci n de la humanidad.No que se aleje de los otros, pues nunca fue ese su prop sito, de lo contrario tampoco pudiera ser considerado como un evangelio de Jes s.Se trata de una narrativa presentada por un no jud o que no conoce nada de la cultura jud a, de hecho, no tiene ese trasfondo, que descubre en Jes s no al hombre convertido en un dios, a la usanza griega, sino a Dios mismo manifestado en un hombre para mostrarles a los hombres c mo es Dios en su naturaleza.Lucas escribe no para un p blico, su escrito es una carta privada dirigida a su amigo, Te filo, quien en alg n momento fue su compa ero de viaje en el recorrido por Jerusal n en busca de Jes s, de quien hab an tenido muchas referencias de sus obras.Lucas presenta hechos hist ricos de Jes s, no como relatos hist ricos, sino como interpretaciones de un mensaje que sus contempor neos no pudieron ver ni entender acerca del camino de retorno a Dios. Lucas tiene presente de principio a fin en su escrito que las cosas de las que l escribe son para recordar los aspectos de fe en los que ellos fueron ense ados por los que lo vieron desde el principio. Lucas sale de un ambiente filos fico griego acostumbrado a la filosof a y a la mitolog a de dioses, semidioses y destino; sin embargo, en su escrito no hay indicios ni rasgos de su antigua forma de pensar y actuar, as que cuando Lucas presenta los relatos lo hace desde una perspectiva de crecimiento en la fe, como un ni o que ha aprendido a caminar por s solo y descubre nuevos espacios que antes no conoc a. Lucas redescubre en el relato de la obra de Jes s el postulado doctrinal sobre el cual se fundamenta el testimonio del Evangelio del Reino.Por eso es importante el evangelio de Lucas, nos ofrece una visi n m s amplia de la fe en Jes s, es una visi n de crecimiento, de un verdadero crecimiento espiritual.Pastor Montoya,