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Beskrivelse
Uno de los temas que m?s ha contribuido al desprestigio del pensamiento filos?fico es el tiempo; declarar que no es m?s que una ilusi?n es usual, a veces hasta de rigor; y en curiosa coincidencia la f?sica contempor?nea parece adoptar la misma tesis. Ante eso el sentido com?n suele devolver una sonrisa, si no una burla. El oyente o el lector, no siempre desconcertado, piensa en la edad y en la muerte. Lo que se propone aqu? es sencillo de describir: presente y realidad son aspectos de lo mismo; ni realidad ni tiempo acontecen entre instantes o en ellos; es imposible por razones absolutas asignar o medir una duraci?n al presente; todo se origina en el mundo f?sico, inclusive las ilusiones, de modo que relegar el tiempo al ?mbito de lo meramente sicol?gico nada soluciona; si se acepta al presente, no es necesario extenderlo ni hacia el pasado ni hacia el futuro, palabras que pueden entonces recuperar un uso amable y ligero; el concepto de flujo del tiempo recobra el sentido de met?fora, y nada m?s; el presente es el ?mbito de la existencia y no hay otro espacio, pasado o futuro, ni otra regi?n conceptual para lo real; los relojes no definen el tiempo, salvo el de la f?sica; el presente no es como un punto arbitrario situado en una especie de l?nea del tiempo, ni recta ni curva ni circular; el concepto tradicional de eternidad es superfluo e innecesario, cuando no contradictorio, y a cambio es suficiente el que Spinoza propuso. Esa concepci?n descrita no se opone a las teor?as de relatividad pero s? a las interpretaciones conocidas como Universo en Bloque, a la posibilidad de lo que se suele entender como viaje en el tiempo, y en particular a la extensi?n del concepto de tiempo f?sico de relojes a la idea general, o ?nica, de tiempo. .... Parm?nides y Her?clito parecen tanto inconciliables como irrefutables; la visi?n del tiempo que presentan y un intento de hacerlas compatibles es ineludible si se quiere enfrentar el misterio de lo temporal. Con Zen?n de Elea nace la larga tradici?n que consiste en analizar las consecuencias de aplicar sin restricciones conceptos matem?ticos a la realidad f?sica. Aquiles pierde y siempre fracasar?, en el papel o en el tablero; y triunfa generalmente, en el estadio, si no se distrae. Este escrito intentar? mostrar por qu? es as?. Las matem?ticas no sirven ni para resolver las paradojas de Zen?n, ni para afirmarlas: porque esos problemas nacen de confundir matem?ticas con realidad, y una vez que eso est? claro y se abandona la superposici?n, tienen soluci?n...La consecuencia obligada de las ideas de Riemann aplicadas al tiempo es ineludible: el presente no es instant?neo ni se compone de instantes. El presente tiene magnitud y no tiene medida. Esto implica que no es v?lido ponerle un l?mite que siempre ser? arbitrario, a partir del cual se hable de existencia real para el pasado, o de existencia real para el futuro. Estos dos conceptos retoman su sentido usual y del lenguaje ordinario; y en la magnitud del presente no constre?ido la realidad activa y potente tiene plena cabida. Retorna no algo eterno, ni c?clico, sino la posibilidad de concebir al presente, una vez despojado del lastre del instante, sin contradicciones. Este escrito acepta sin reservas el tiempo de la f?sica, que no es m?s que lo que un reloj de los laboratorio suministra para sustituir variables en ecuaciones; nada hay que objetar, y al parecer no hay otra cosa distinta o adicional que la f?sica pueda hacer con este problema. No deja de ser llamativo que un aspecto fundamental de los trabajos pioneros de Riemann, sin los cuales no es posible la teor?a general de la relatividad tal como hoy se conoce, haya sido trasladado a la f?sica te?rica de la ?nica manera, tal vez, en el que en ese nuevo terreno pod?a ser aprovechado: al costo o beneficio de revelar que el reloj traiciona al