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Beskrivelse
Sentada en la mullida arena y mientras el peque?o acallaba el hambre chupando ?vido el robusto seno, Cipriana con los ojos h?medos y brillantes por la excitaci?n de la marcha abarc? de una ojeada la l?quida llanura del mar. Por algunos instantes olvid? la penosa traves?a de los arenales ante el m?gico panorama que se desenvolv?a ante su vista. Las aguas, en las que se reflejaba la celeste b?veda, eran de un azul profundo. La tranquilidad del aire y la quietud de la bajamar daban al oc?ano la apariencia de un vasto estanque di?fano e inm?vil. Ni una ola ni una arruga sobre su terso cristal. All? en el fondo, en la l?nea del horizonte, el velamen de un barco interrump?a apenas la soledad augusta de las calladas ondas.