Seduciendo a un caballero

Greyson Amery es un hombre curtido, nacido en los bajos fondos de Londres, con un acento cockney que sale a la luz cuando la ira lo invade con fuerza. Ha prosperado, tanto como para comprarse el t?tulo de conde de Holbrook, aunque sus or?genes siempre estar?n ah? por mucho que se codee con lo m?s selecto de la sociedad. Sabe lo que es estar verdaderamente enamorado. Tambi?n lo que se siente cuando se est? encaprichado, por lo que las desilusiones no deber?an afectarle ya. Con un coraz?n roto, aunque endurecido, el nuevo lord Holbrook est? considerando la idea de casarse, y se cuidar? mucho de no volver a sentir la ilusi?n palpitando con fuerza en su interior. Tiene alma de cazador y no le gusta que le sirvan a su presa en bandeja de plata, pero cuando escucha a esa dama pedir una aventura excitante... Nadie m?s tiene derecho a poseer lo que a ?l se le debe! Y sin embargo, ese pensamiento entra en choque directo con una honradez caballeresca que no cre?a haber desarrollado, porque ella le est? prohibida por una poderosa raz?n. Ceder a sus deseos m?s pecaminosos es un error, no debe dejarse seducir e iniciar un cortejo apropiado ser?a todav?a peor... Qu? dilema! Averigua lo que esconde uno de los hombres m?s protectores del Londres de la Regencia de los Bridgerton en esta primera entrega de Corazones Rotos, en la que la lujuria tal vez case bien con lo apropiado. Est?is dispuestas a dejaros conquistar de nuevo?

-No estaba espi?ndola... -se quej? Grey.

- No estabas sigui?ndola sin que la dama te viese porque iba acompa?ada por Havesham?

-S?, pero...

-No te detengas en tonter?as. Di de una vez lo que sucede, amigo m?o. Esc?pelo! -le orden?.

- No quiero que ella est? con otro! -explot? Greyson-. Soy yo quien tiene que acompa?arla, soy yo el que tiene que hacerla re?r, es a m? a quien tiene que prestar su atenci?n, es conmigo con quien tiene que pasear del brazo, es conmigo con quien ir? en carruaje, soy yo el ?nico que tiene derecho a pasarle el brazo por la cintura o acariciarle la mejilla. Es m?a, m?a y solo m?a! -expuso sin casi tomar aliento.