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Beskrivelse
Cultiv todos los g neros po ticos: la l rica, la pica y la dram tica. Hay en la vida de Zorrilla tres elementos de gran inter s para comprender la orientaci n de su obra. En primer lugar, las relaciones con su padre. Hombre ste desp tico y severo, rechaz sistem ticamente el cari o de su hijo, neg ndose a perdonarle sus errores juveniles. El escritor cargaba consigo una especie de complejo de culpa, y para superarla decidi defender en su creaci n un ideal tradicionalista muy de acuerdo con el sentir paterno, pero en contradicci n con sus ntimas ideas progresistas. Dice en Recuerdos del tiempo viejo: Mi padre no hab a estimado en nada mis versos: ni mi conducta, cuya clave l s lo ten a. En segundo lugar hay que destacar su temperamento sensual, que le arrastraba hacia las mujeres: dos esposas, un temprano amor con una prima, amores en Par s y M xico, dan una lista que, aunque muy lejos de la de Don Juan, camina en su misma direcci n. El amor constituye uno de los ejes fundamentales de toda su producci n. No es ocioso preguntar, como tercer factor condicionante, sobre la salud de Zorrilla. A cierta altura de su vida, en efecto, se invent un doble, loco (Cuentos de un loco, 1853), que aparece casi obsesivamente despu s. En Recuerdos del tiempo viejo, su autobiograf a, habla de sus alucinaciones y sonambulismo. Cu ndo apareci el tumor cerebral y c mo afect su comportamiento? Quiz el papel predominante de la fantas a en el escritor encuentre una explicaci n por este lado. De su car cter ha dicho su bi grafo Narciso Alonso Cort s que era ingenuo como un ni o, bondadoso y amigo de todos, ignorante del valor del dinero y ajeno a la pol tica. Conviene resaltar, adem s, su independencia, de la que se sent a muy orgulloso. En versos que recuerdan a los de Antonio Machado, confes que a su trabajo lo deb a todo, y lleg a rechazar lucrativos puestos p blicos por no sentirse preparado: Yo temo -afirma en sus Recuerdos del tiempo viejo- que nuestra revoluci n va a ser infruct fera para Espa a por creernos todos los espa oles buenos y aptos para todo y meternos todos a lo que no sabemos. En efecto, en su obra hay preocupaciones prerregeneracionistas que asoman de vez en cuando a pesar de su tradicionalismo, auto impuesto para no desairar a su padre.