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Beskrivelse
Dentro de su aparente complejidad, una planta medicinal es un ejemplo de sencillez y perfecci n, con su estructura pugnando por llegar un poco m s alto y sus ra ces empe adas en afianzarse cada vez m s en la tierra. Organismo vivo, bello casi siempre, y capaz de proporcionar al ser humano y a los animales alimento y curaci n al mismo tiempo, ha sabido adaptarse en el tiempo y a cualquier lugar, en cualquier circunstancia. Una vez que comprendemos este prodigio natural, resulta imposible admitir que alguien nos hable de la superioridad de los medicamentos como forma de curar al hombre. Encerrados en sus esterilizados y angostos laboratorios, los cient ficos se empe an en mejorar la naturaleza y aunque no lo consiguen nunca, recogen cierta fama y dinero. Si tenemos en cuenta que ninguno de los medicamentos qu micos ha logrado permanecer en el mercado m s de 100 a os, y creo que todav a les he regalado algunas d cadas, comprenderemos lo que quiero decir. Cuando a una planta medicinal le extraemos su principio "activo" la estamos desequilibrando y ese cambio afectar a sus propiedades y a la persona que recibir esa parte aislada. Tambi n hay otro elemento a n m s sugestivo, y es el referente a la informaci n que porta y transmite la planta medicinal, una informaci n producto de miles de a os de evoluci n. Esta informaci n es integrada al individuo que la ingiere, sum ndose a la ya existente, lo que aumenta la eficacia del ADN celular. Se establece entonces una sincron a entre los diferentes elementos, una uni n y perfecci n en la energ a cu ntica, lo que conlleva a la armon a y corrige la distorsi n hasta ahora existente. Se puede lograr este efecto con un producto qu mico carente en su totalidad de vibraci n cu ntica? Ese producto hace tiempo que dej de ser org nico, vivo, y por tanto el ADN celular no lo reconoce, no sabe qu hacer con l.Ello no excluye que no tenga efectos terap uticos, pero a la larga crear una distorsi n org nica nueva. Hasta ahora se han aislado en el interior de las plantas medicinales m s de 12.000 principios org nicos, y gracias a ellos los seres humanos (tambi n los animales y las especies insect voras), han empleado y emplean las plantas medicinales en su estado natural desde hace 5.000 a os, y eso de una manera racional, puesto que con anterioridad fueron empleadas con m s o menos acierto de forma intuitiva. Sin embargo, cuando los qu micos empezaron a propagar que tanta tradici n milenaria no ten a "base cient fica," miles de personas olvidaron toda la informaci n sabiamente recopilada durante siglos, y pasaron a ser consumidores de los medicamentos. La llegada espectacular de los antibi ticos, las hormonas sint ticas y los analg sicos, contribuyeron en gran medida a estos hechos y pronto ni un solo m dico se atrevi a volver a utilizar con sus pacientes ninguna planta medicinal en su estado natural. Y es que no proporcionaba ninguna categor a, ni social ni cient fica, tratar de curar a los enfermos empleando productos que se pod an coger en cualquier huerta o comprar en un modesto herbolario. Es m s, los mismos enfermos reclamaban el medicamento m s caro del mercado, en la creencia de que tras el precio estaba su eficacia. Con el paso del tiempo y en la medida en que los medios de informaci n se hicieron gratuitos y de f cil acceso, las personas volvieron a reconsiderar el uso de las plantas medicinales y reclamaron su uso libre para curar sus enfermedades. En resumen, sea usted sabio y utilice los productos de la naturaleza. Este manual no es una puesta al d a de ning n otro m s antiguo, sino una revisi n fundamentada en las experiencias m s actuales, habi ndose eliminado cualquier referencia esot rica o no contrastada por la medicina moderna.