Du er ikke logget ind
Beskrivelse
"Pancho Villa", susurr la gente a principios del siglo XX, "puede marchar 100 millas sin parar, vivir 100 d as sin comer, pasar 100 noches sin dormir y matar a 100 hombres sin remordimientos". La leyenda de Francisco Villa est llena de hero smo, tragedia y romance. Es la historia de un pobre campesino que se convirti en un bandido por necesidad, despu s de vengar una injusticia contra su familia; un genio militar que vol de un gobierno opresivo para liderar el ej rcito revolucionario m s grande en la historia de su pa s, y derrot a la dictadura para convertirse en el liberador de M xico, solo para caer nuevamente en desgracia cuando sus tropas lo abandonaron o fueron masacrados por el enemigo. Pancho Villa y su caballer a, los mexicanos se alan con cierta cantidad de orgullo, invadieron los Estados Unidos y, aunque llegaron e intentaron capturarlo, nunca lo encontraron. Esta es, al menos, la versi n que la mayor a de ellos conoce, pero ciertamente no es la misma que en sus libros de texto. La historia de Francisco Villa evit la censura oficial de generaci n en generaci n, como las hojas que navegan a toda velocidad en la superficie de un arroyo.
Pero la reconstrucci n hist rica est llena de matices. Era un luchador por la libertad, o un bandido? Era un Robin Hood mexicano, o un ladr n y un asesino? Estaba presente cuando sus tropas invadieron el territorio de los Estados Unidos? Fue el avance de sus famosos "Dorados" (los "dorados", el nombre de sus tropas) el motivo de alegr a o terror entre la gente que pasaba por el campo hacia la Ciudad de M xico? La personalidad de Pancho Villa ha sido controvertida desde el comienzo de su carrera como General del ej rcito revolucionario.
Hace poco m s de 100 a os, un campesino mexicano llamado Emiliano Zapata reuni un ej rcito rural de las plantaciones y aldeas del sur de M xico, tom las tierras de las haciendas y comenz a distribuirlas entre los campesinos de Anenecuilco, su ciudad natal, en el estado. de morelos. Indignado e impaciente por la incesante indigencia de los pueblos ind genas a manos de los terratenientes, hab a decidido hacerse cargo de la justicia. Su bandera era Libertad y Justicia, los opuestos exactos de las dos cargas que hab an tiranizado a la poblaci n rural: el trabajo en condiciones de semi-esclavitud y la inmensa desigualdad.
Zapata, quien en pocos a os reuni a un ej rcito popular de 25,000, fue un caso nico en la historia de M xico. El pasado de su pa s consist a en generales oportunistas que se rebelaban contra el gobierno que buscaba no hacer justicia, sino tomar el poder. A la inversa, Zapata no estaba interesado en la pol tica ni en los juegos de poder, excepto en su forma m s pr ctica e inmediata: distribuir la tierra entre los campesinos; para permitirles trabajar en paz; Y defender sus ganancias por la fuerza de las armas. Por lo tanto, era inevitable que en su tiempo, se lo viera como una amenaza, alguien a quien deshacerse para regresar a la paz y al orden.
Casi un siglo despu s de su muerte, Zapata sigue siendo una figura opaca. Llamarse zapatista en M xico puede poner a una persona en problemas, sin embargo, lider una de las rebeliones campesinas m s estudiadas por los estudiosos. Los historiadores han producido biograf as que lo describen como un h roe, como John Womack en la d cada de 1960, y la de su sucesor y ayudante m s cercano, Gildardo Maga a, quien escribi una poco despu s de la muerte de Zapata. Libros m s meticulosos han aparecido en el pasado reciente, como el de Samuel Brunk, quien reconoce que la prensa puede haber exagerado las haza as de Zapata, pero no completamente.