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Beskrivelse
Completamente sola, Rosa estaba sentada en una de las salas m?s grandes y bonitas de su casa, con el pa?uelo en la mano, listo para recoger su primera l?grima, pues cavilaba en sus tribulaciones y el llanto era inevitable. Se hab?a encerrado en este cuarto por considerarlo sitio adecuado para sentirse miserable; pues era oscuro y silencioso, estaba lleno de muebles antiguos y cortinados sombr?os y de sus paredes pend?an retratos de venerables caballeros de peluca, damas de austeras narices, tocadas con gorros pesadotes y ni?os que llevaban chaquetas colimochas y vestiditos cortos de talle. Era un lugar excelente para sentir dolor; y la lluvia primaveral intermitente que golpeaba los cristales de las ventanas parec?a decir entre sollozos: Llora, llora! Estoy contigo. Rosa ten?a su buen motivo para sentirse triste, pues era hu?rfana de madre, y ?ltimamente hab?a perdido al padre tambi?n, con lo cual no le qued? m?s hogar que ?ste de sus t?as abuelas. Hac?a s?lo una semana que estaba con ellas, y aunque las viejecitas queridas se esforzaron todo lo posible por hacer que viviese contenta, no lograron mucho ?xito que digamos, ya que era muy distinta a cuantos ni?os conoc?an, y experimentaron casi la misma sensaci?n que si estuviesen al cuidado de una mariposa abatida.