Obesidad, insuficiencia renal crónica y grosor íntima-medial de la carótida

La obesidad se asocia positivamente con la aterosclerosis y la calcificación de las arterias coronarias y carótidas, con un alto riesgo de comorbilidad y mortalidad. La medición del grosor intimo-medial de la arteria carótida (CIMT) es un marcador temprano de patología vascular y un método fiable para detectar la aterosclerosis temprana y evaluar su avance. Debe evaluarse en todo paciente adulto o hipertenso asintomático con riesgo moderado de enfermedad cardiovascular. La ecografía de la arteria carótida es el método de elección y los resultados son fiables. Los valores de CIMT superiores a 0,08 mm deben considerarse anormales. El aumento de la rigidez arterial es un rasgo distintivo de la enfermedad renal crónica y se asocia a alteraciones adversas de la estructura y la función cardíacas que predisponen a un mayor riesgo de muerte cardiovascular. Por lo tanto, la identificación de los pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiovascular con mal resultado clínico, permite la prevención temprana y la reducción de la mortalidad en estos pacientes. Las complicaciones cardiovasculares son la causa predominante de muerte en los pacientes con enfermedad renal crónica, en particular la enfermedad renal en fase terminal (ERT).