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Beskrivelse
Ana ya se dio cuenta de que alguien más, aparte de su esposo, la admira y le habla mientras ella se contempla desnuda frente al gran espejo del vestidor de la casa, entre el baño y la recámara. Cuando la gente se contempla a sí misma mediante el principio de la simpatía universal, también les abre las puertas a los susurros de su sucesor. Ana se asombra de su propia belleza y quiere prodigarla. Sublima sus deseos en la composición, que le exige poner en suspenso el cuerpo y disciplinarlo en las exigencias de una sensibilidad y de una lucidez que corren paralelas y complementarias como líneas de papel pautado.