Las Erinyes en escena en las Atreides: Esquilo, La Oresteia. J.Gira

Las Erinyes proceden de las profundidades del pensamiento religioso, antes de las religiones oficiales. Antes de Esquilo, la imaginación popular las confundía con otros demonios o animales peligrosos y venenosos. La literatura griega clásica (Homero, el Ciclo Épico, Hesíodo, Estesícoro, Píndaro) se refería a sus funciones más que a su forma. Cuando las Erinyes se vuelven antropomorfas, en las Euménides de Esquilo, donde aparecen en escena, declaran que son diosas antiguas, (antiguas incluso en la época del mito), mientras que los dioses del Olimpo son "dioses jóvenes". Esquilo intenta demostrar que incluso estas criaturas primitivas podrían ser domesticadas por las justas leyes de Atenas, una ciudad civilizada, y convertirse en Euménides. Sin embargo, siguen siendo una amenaza para el pensamiento humano a lo largo de los siglos. Tres dramaturgos del siglo XX, Jean Gidaudaux en "Electra", Jean Paul Sartre en "Les Mouches" y T. S. Eliot en "La reunión familiar", los utilizan como personajes de sus obras para exponer sus ideas sobre la justicia, la libertad, el ser y el devenir. Todas las obras terminan con esperanza, según cada uno de estos autores.