La imperfección del deseo

En La imperfecci n del deseo, la pera prima de Adri n Cadavid, un extranjero an nimo, en medio de la desolaci n y la rutina m s abismal de Nueva York, le escribe cartas, sobre el estado de su alma, a Hungr a, una mujer fantasmal que provoca efluvios de sensualidad y a la vez de desencanto.En sus p ginas un hombre, voluptuoso y brutalmente sincero consigo mismo, busca la salvaci n contra el tedio y el desasosiego. Pero solo tiene palabras que gritan a cada instante: "Atado al miedo, temo nuevamente", y exclaman " C mo ha crecido el tiempo sin saber ad nde ir ".Tanto el erotismo como el dolor son formas del conocimiento, nos lo recuerda ese an nimo remitente en cada una de estas 48 cartas, que camale nicamente se esconden detr s del diario ntimo, el poema en prosa, la cr nica, el reporte m dico y la anotaci n metaf sica.El temperamento de La imperfecci n del deseo no es para cualquier lector, pues es una obra escrita desde la herida lenta y visceral del desarraigo, la extranjer a, el desamor, la s rdida rutina y el malestar psicol gico.Adri n Cadavid tuvo que viajar lejos del amor de su hijo para encontrar la poes a en Nueva York; y es justamente ella la que le otorga, ahora, su pasaporte de retorno a las monta as. Este libro cierra un periodo y abre otro en la vida de Cadavid. Ya no habr jaula de oro, pues lo espera el cari o de Tel maco. Como uno de los primeros lectores de La imperfecci n del deseo, doy fe y agradezco el libro, de quien me confesar a una tarde en Forest Hill: "Yo solo puedo escribir desde mi dolor".Fredy YezzedNueva York, febrero de 2018