La Distorsion del Amor

El ser humano est inmerso en el miedo y en una terca renuncia de s mismo. M s all de cualquier zona prohibida de nuestra naturaleza est el sentimiento del amor, lo nico que unifica el mundo y borra la dualidad que inherentemente implica separaci n. Esta fuerza alqu mica en nuestro ser interno y externo ha sido forzada, desfigurada, tanto, que emerge encubierta tras falsos paradigmas. Rebeca Jim nez, paso a paso, da a conocer todo lo que hay en el entramado de "la distorsi n del amor." Es una deformaci n que esclaviza al hombre a vivir la "violencia en sus m ltiples expresiones," ya sea en lo individual como en lo colectivo. Este desequilibrio se inicia en la infancia, nos recuerda la autora al preguntarnos, " Cu ndo y c mo se desdibuja tu ser interno?" La distorsi n del amor es un libro sanador, nos ense a qu no es el amor y nos ofrece la posibilidad de romper con falsas creencias, tr nsito indispensable para recuperar nuestra autoestima y aprender a amarnos. La distorsi n del amor, una vez le do, te acompa ar siempre. Carmen Verde Arocha Las desventuras del alma se gravan con el desamor vivido desde beb s y en el largo camino a la adultez. A esas remotas heridas ofrece la psiquiatra remedios para comprender, suturar y sanar dolores emocionales, para prevenir a los j venes desde sus incursiones iniciales de pareja, ayudar a criar hijos con el blindaje amoroso indispensable. Esta lectura es una puerta al autoconocimiento, una radiograf a de la relaci n de pareja, para reconstruirla, terminarla o emprender otra consabidur a. M s de treinta a os como psicoterapeuta y su estudio tenaz de la salud con lente gran angular, la impulsaron a crear un mapa de lo que no es el amor, un ant doto al contrariado destino de tantos corazones desarmados que, sin percatarse, entre viejas cargas y vac os, sobreviven trepados en una balanza tambaleante, pero reparable. "S podemos resolver este complejo patr n de evoluci n," afirma. El diagn stico claro de la "patolog a del amor" le permiti prevenir mucho sufrimiento de relaciones con guiones intensos y tr gicos, lanzados ciegos al deterioro de sus vidas, incluyendo la salud f sica al padecer de estr s o depresi n cr nicos. No es c modo integrar la palabra amor a la de enfermedad, pero s -insiste- que por no haberse atendido como se debe, las personas han creado una realidad poco prometedora al vincularse al amor. Uno lo confunde, inventa fantas as llenas de dependencia que nos violentan. Nos dejamos arrastrar en juegos de renuncia a la libertad, a la autorrealizaci n, por "un poco de amor," en una deserci n de s mismos en apariencia v lida, pero eso tiene el fracaso asegurado. Ya se ha convertido en el vasto mundo en un problema de salud p blica.