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Beskrivelse
Las Cr nicas Vamp ricas contin an con el relato del Pr ncipe Lestat y la fundaci n de la Comunidad de la Sangre. «La historia que voy a contaros tiene poco o nada que ver con el mundo moderno. Es un cuento tan antiguo como el g nero mismo, sobre la lucha de los individuos para encontrar y defender su lugar en un universo atemporal, junto a todos los dem s hijos de la tierra y del sol y de la luna y de las estrellas. De la mano de Lestat conoceremos c mo se convirti en el l der del mundo vamp rico y su lucha para encontrar un lugar en el universo de los muertos vivientes y c mo, en contra de su voluntad, debe luchar contra las fuerzas amenazadoras y aparentemente imbatibles de la oscuridad. Desde las torres y las almenas de un castillo ancestral en las monta as nevadas de Francia, hasta los verdes montes de Luisiana con sus fragancias a magnolias y jazm n, pasando por las islas v rgenes del Pac fico y la ciudad de San Petersburgo durante la corte de la emperatriz Catalina, La Comunidad de la Sangre es un apasionante viaje en el que el lector encuentra la esencia m s pura del universo de Anne Rice. ENGLISH DESCRIPTION In this spellbinding novel, Lestat, rebel outlaw, addresses the tribe of vampires, telling us the mesmerizing story of how he became prince of the vampire world, and of the formation of the Blood Communion, and how his vision for the Children of the Universe to thrive as one, came to be. Lestat takes us from his ancestral castle in the snow-covered mountains of France to the verdant wilds of lush Louisiana, with its lingering fragrances of magnolias and night jasmine; from the far reaches of the Pacific's untouched islands to the 18th-century city of St. Petersburg and the court of the Empress Catherine. He speaks of his fierce battle of wits and words with the mysterious Rhoshamandes, proud Child of the Millennia, reviled outcast for his senseless slaughter of the legendary ancient vampire Maharet, avowed enemy of Queen Akasha, who refuses to live in harmony at court and who threatens all Lestat has dreamt of . . .