La aparecida de Ajbor

Cuando Raymond Justice vio a su viejo amigo Terence en la puerta de su caba?a crey? estar sufriendo una alucinaci?n. No lo era. Terence era real y no hab?a venido a otra cosa m?s que a pedirle que lo acompa?ara a Ajbor, un peque?o pueblo en el que ?l era el sheriff, y en el que un vecino aseguraba que su hija muerta se le aparec?a por las noches para advertirle de sucesos que luego siempre se cumpl?an.

Exist?an los fantasmas en el viejo Oeste? Desc?brelo en las p?ginas de esta breve novela. Dedicada a mi abuelo, Ram?n Lajusticia, y tambi?n a Bud Spencer y Terence Hill.