Kukulcán

Jer nimo de Aguilar es un joven seminarista espa ol que viene en 1511 al Nuevo Mundo en una expedici n de conquista. A causa de un naufragio, Aguilar llega a tierras mayas y es recibido por los naturales como el dios Kukulc n que ha regresado del oriente a cumplir las profec as de sus textos sagrados.

Cuando aprende el idioma y las costumbres de los mayas, aprende tambi n que el dios Kukulc n fue un hombre blanco y barbado que les ense las ciencias y las artes a todos los pueblos del nuevo continente, en donde era venerado como un ser supremo que ten a poderes divinos, al grado de tener la habilidad de curar enfermos y revivir muertos.

Los naturales representaron a Kukulc n en los monumentos arqueol gicos de todas las diferentes culturas antiguas de Mesoam rica como una serpiente emplumada, para as rendir tributo al ente sagrado que fue mitad hombre, mitad dios, parte ave quetzal para decir que baj del cielo, y parte serpiente, para decir que vivi en la tierra como un ser mortal.

Aguilar investiga, aprende, y se fascina tanto con la historia de Kukulc n, que llega a creer, hasta estar convencido, que ese dios adorado por los ind genas en todo el Nuevo Mundo bien pudo ser el ap stol Santo Tom s, o quiz , el mismo Se or Jesucristo.

En 1519, Aguilar es rescatado por la expedici n de Hern n Cort s y se convierte en su int rprete, consejero, y confidente. Cuando le transmite a Cort s su conocimiento de la leyenda de Kukulc n, los dos hombres creen encontrar en la f el motivo para animar a ese peque o ej rcito, de poco menos de cuatrocientos hombres, a arrostrar las peores adversidades y enfrentar a miles de enemigos, hasta que logran conquistar a todo un continente con un sinn mero de naciones para la cristiandad.