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Beskrivelse
Tras la repentina retirada de la horda zombi que manten?a sitiada la ciudadela de Puebla de Sanabria, justo cuando la ca?da de la ciudadela parec?a ya inevitable, nuestros amigos mantuvieron una inesperada reuni?n con el ahora coronel del CNI P?rez. El mismo hombre que hasta que la infecci?n se descontrol? hab?a sido el oficial a cargo de la investigaci?n sobre las masacres ocurridas en San Facundo y Santa Marina, y de las de las que, tras haber secuestrado un autocar lleno de pasajeros se entregaron a la polic?a con la esperanza de que sus explicaciones sobre lo que realmente hab?a ocurrido en los dos pueblos fueran suficientes para exonerarlos de toda culpa. Pero no fue as?. Durante tres interminables semanas el por entonces capit?n P?rez les someti? a continuos interrogatorios en los que todo el grupo se reafirmaba una y otra vez en su versi?n de lo ocurrido y en que en vez de estar perdiendo el tiempo con ellos, la polic?a har?a bien en ocuparse de buscar a Ferranzo antes de que pudiese expandir la infecci?n.Sin embargo, cuando Pablo, al que la polic?a consideraba el l?der de una especie de secta sat?nica, se dio cuenta de que la infecci?n se hab?a extendido camuflando sus primeros s?ntomas con lo que todo el mundo consideraba que era una an?mala, pero de ninguna forma preocupante "gripe de verano", ante la sorpresa de P?rez se ofreci? a firmar una declaraci?n de culpabilidad a cambio de que ?l y sus compa?eros fueran inmediatamente llevados a "la zona cero" para realizar una reconstrucci?n de los hechos.Lo que aconteci? despu?s es de todos conocidos. Cuando la polic?a les escuch? decir que hab?an encerrado a algunos supervivientes de la masacre en un viejo bunker subterr?neo situado bajo un campo de trigo, intentaron acceder a la base subterr?nea en la que Ferranzo hab?a pasado ochenta a?os confinado y se encontraron con los zombis que Ferranzo hab?a dejado en su interior para asegurarse de que nadie que llegara hasta ella sobreviviera.Tras haber masacrado a todos los que se encontraban dentro de la zona acordonada, los zombis llevaron la muerte m?s all? de ella al mismo tiempo que el virus entraba en su ?ltima fase de mutaci?n y por toda la meseta comenzaban a darse los primeros casos de infectados que atacaban violentamente a todo aquel que se pon?a a su alcance.A ello le sigui? el caos absoluto, la anarqu?a, el cierre perimetral de la meseta y el abandono de todos los que no hab?a podido ser evacuados antes de la instalaci?n de las torretas de fuego autom?tico que la OTAN, bajo el auspicio de la ONU y de la OMS, hab?a decido situar alrededor de toda la zona de cuarentena con el fin de evitar que virus pudiera salir de ella.Pero no lo consiguieron. As? que, tras "arreglar cuentas" con ?l, y dejarlo tirado en el suelo con la nariz rota, decidieron abandonar Puebla de Sanabria antes de que P?rez ordenase su captura. Y gracias a la inestimable ayuda del teniente Roberto, ellos y los supervivientes que hab?an recogido durante el trayecto a Sanabria, se unieron a una patrulla y, con la esperanza de encontrar a Sof?a, la ?nica integrante que permanec?a desaparecida, pusieron rumbo a Ciudad Rodrigo.Pero en esta historia, nunca nada es tan sencillo como deber?a de ser. Ferranzo les lleva meses de ventaja. Y tampoco se ha olvidado de ellos. Lleva meses aguardando ese momento. Para ser exactos, desde el mismo instante en que Maruja le clav? el cuchillo en el cuello y consiguieron escapar de su emboscada en el cementerio, lo que quiere decir que ha dispuesto de mucho tiempo para planificar su venganza. ?l sabe que antes o despu?s caer?n en su trampa, y ellos saben que antes o despu?s llegar? en momento de la suya. Son dos locomotoras circulando a toda velocidad sobre un laberinto de v?as y que, a pesar de ser conscientes de que antes o despu?s colisionar?n, siguen adelante porque anhelan que llegue ese instante. asistir a la muerte del rival aunque sepan que ha