Du er ikke logget ind
Beskrivelse
En la antiguedad, la palabra "adamante" se refer a a un diamante o roca m stica asombrosamente indestructible por su dureza. En la terminolog a moderna, se refiere a tener una postura de "inamovible" resoluci n y determinaci n. Jes s es nuestro supremo "adamante", la roca "inamovible" e indestructible en la cual vivimos y nos movemos. Lisa Bevere, autora de xitos de ventas del New York Times, lleva a los lectores al interior de la Monta a de Dios, el nico lugar donde podemos aprender, no solo a permanecer en el inamovible amor y la verdad de Dios, sino a ser inamovibles y determinados en que Dios es la Verdad. El amor y la verdad son eternos; trascienden tendencias y opiniones. Algunas veces lo m s amoroso que haremos ser hablar la verdad. Pero hablar la verdad comienza con vivirla. l es la monta a hacia la que corremos. Fuiste hecho para esa monta a. Es tiempo de volar m s alto y llegar m s cerca. Porque l sabe qui nes somos cuando nosotros lo hemos olvidado. l sabe de d nde venimos y hacia d nde volveremos. l sabe que somos polvo agitado por el esp ritu, bailando en el vapor del tiempo. Desde la cumbre, Dios ve m s all de las formas de nuestros cuerpos. Porque ve m s alto, ve m s profundo. l ve en nosotros su propia respiraci n. On ancient times, the word "adamant" was known as both a diamond and a mythical stone of indestructible wonder. In modern terminology, it describes a posture of unshakable resolve and determination. Jesus is our ultimate "adamant", the unmovable, indestructible stone in which we live and move. Lisa Bevere, the New York Times bestselling author, takes the readers into the Mountain of God, the only place where we can learn, not only to abide in His unmovable love and truth of God, but to be unmovable and determinate on the fact that God is Truth. Love and truth are timeless; they transcend trends and opinions. Sometimes the most loving thing we can do is to speak the truth. But speaking the truth starts with living it. He is the mountain we run to. You were made for that mountain. It is time to fly high and get closer. Because He knows who we are when we have forgotten. He knows where we come from and to where we will return. He knows we are spirit-quickened dust twirling and dancing in the vapor of time. The pinnacle of God sees beyond our bodily forms. Because he is higher, he sees deeper. He sees His own breath within us.