Halálos

A mil metros de altura, oculto por la distancia y por la incandescente luz solar, una extra a ave vuela en c rculos sobre la finca, y su reflejo, en las aguas de las dos piscinas existentes, es microsc pico, por lo tanto, invisible a los ojos de los invitados y de los anfitriones.De pronto, el extra o p jaro comienza a descender en picada y en absoluto silencio. Cuando est a unos trescientos metros del suelo, se detiene y se mantiene flotando unos segundos, emitiendo un claro ronroneo que logra llamar la atenci n de los guardianes de la propiedad que, cargando pesados fusiles autom ticos, se vuelven en direcci n al sonido. totalmente confundidos.Repentinamente, de entre las cuatro patas de la peque a nave comienzan a salir estruendosos rel mpagos en direcci n a los anfitriones. Ante los desorbitados ojos de los presentes, los tres integrantes de la familia Bola os comienzan a sufrir grotescas convulsiones, debido a las r fagas disparadas desde el aire, cuyos proyectiles calibre 5.56 atraviesan sus cuerpos, destrozando la carne y apagando sus vidas.El caos reina en la propiedad de recreo de Jaime Bola os; las ondas de los m viles celulares se atropellan en el ter para llegar al sat lite, y rebotar en ste hasta la Delegaci n Policial Preventiva de Culiac n. Una docena de veh culos, entre policiales y ambulancias, salen aullando a toda velocidad con rumbo noroeste, hacia a la residencia que ha sido atacada con un dron. En mitad del camino, se cruzan con un solitario motociclista que viaja en sentido contrario...