Ginebra: tres caras de una amante cortés

Una de las imágenes más representativas de la leyenda Artúrica es sin duda, la de la reina Ginebra, consorte del Rey Arturo. A través de los siglos, este legendario personaje ha cobrado vida una y otra vez a través de la pluma de diversos autores con indiscutibles variantes contextuales. Sin embargo, el propósito de este estudio ha sido el de presentar al lector los rasgos intertextuales que hacen de esta figura la inequívoca representación de una amante cortés en las obras de Thomas Malory, Marie de France y Chrétien de Troyes, respectivamente. Ginebra es la proyección de esa mujer que vulnera las convenciones sociales de su época para elegir a quién amar. Inserta en un mundo de ideales totalmente opuestos a la realidad de la sociedad de la Edad Media en donde las alianzas matrimoniales obedecían más a intereses políticos y económicos que a motivos sentimentales, su imagen hace a un lado los prejuicios de su tiempo para dar paso a la experiencia del amor y la pasión, pero sobre todo, a la facultad de la elección.