GESTIÓN INTEGRADA DE PLAGAS

Las plagas son organismos que pueden dañar y destruir los cultivos. Provocan una importante disminución del crecimiento de las plantas, de su densidad y de su capacidad de producción, así como del rendimiento de los cultivos o de los productos del huerto. Recientemente, los agricultores han optado por enfoques no convencionales como los plaguicidas microbianos, el control biológico, la modificación genética, el comportamiento de las plagas y las defensas de las plantas de la densidad de las plagas para proteger sus cultivos. Las principales técnicas de control de plagas en todo el mundo han sido reconocidas como Gestión Integrada de Plagas (GIP). En los programas de GIP se utilizan la inspección y la vigilancia para decidir los enfoques de control de plagas de forma independiente. La gestión integrada de plagas (GIP) se ha clasificado en muchos enfoques como: Control legislativo, control agrícola, control físico (mecánico), control de comportamiento, control biológico, patógenos biológicos (control microbiano), extractos de plantas (plaguicidas verdes) y, por último, puede utilizar el control químico.