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Beskrivelse
"Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegr a y paz a ustedes que creen en l."1
Para la familia que se enfrenta a una ejecuci n hipotecaria...para el padre que ha sido diagnosticado con c ncer terminal...para la esposa que no ha podido concebir...para la jovencita considerando abortar...para los miles que han perdido su trabajo y sus ahorros de toda la vida...hay esperanza.
La Biblia dice que cada uno de nosotros fuimos creados por Dios...que l nos ama...y que quiere que tengamos una vida plena. "Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia," dijo Jes s.2 El se refer a a una vida que es m s que una simple existencia, una vida plena en el conocimiento y deseo que tiene el Creador de nosotros.
Pero hay algo que nos separa de esta "vida abundante" que Dios ha previsto. La Biblia dice que "todos han pecado y est n privados de la gloria de Dios."3 Es por este pecado, esta desobediencia hacia Dios, que toda persona est separada de l: "son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar."4 Y a n m s atroz es la consecuencia del pecado, eterna separaci n de Dios--"la paga del pecados es muerte."5
Sin embargo, en su amor y misericordia, Dios mand a su hijo santo y sin mancha de pecado, Jes s, a pagar la deuda de nuestro pecado. Hace casi 2,000 a os, Jesucristo muri en la cruz, fue enterrado, y resucit de entre los muertos al tercer d a.6 Es solo por medio de la muerte de Jes s que podemos ser reconciliados con Dios. Y por medio de su muerte, Dios ofrece el regalo gratuito de la vida eterna a todo el que crea en su nombre.7
No hay mayor esperanza que esta--la garant a de una vida eterna atreves de Jesucristo, y su promesa de estar con nosotros y sustentarnos en todas la circunstancias:
Qui n nos apartar del amor de Cristo? La tribulaci n, o la angustia, la persecuci n, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?....Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ngeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creaci n, podr apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jes s nuestro Se or.8
Hoy Dios te ofrece esta esperanza. Para aceptar esta oferta puedes comenzar por admitir que eres un pecador, separado de Dios y con necesidad de su perd n. Luego, conf a solo en Jesucristo para salvarte de las consecuencias de tus pecados. Cree que Jes s muri por tus pecados en la cruz, y que fue resucitado de entre los muertos para vencer la muerte, as cerrando la brecha que ha causado el pecado entre Dios y t . Acepta la propuesta de Jes s de entrar a tu vida como tu Salvador.
Si t sinceramente deseas tener esperanza en Cristo, dile a Dios con una oraci n parecida a esta:
"Padre celestial, admito que soy un pecador y necesito tu perd n. Gracias por enviar a Jes s a sufrir el castigo que yo merec a por mis pecados. Ay dame cada d a a dejar mi pecado y vivir una vida que te agrade. Gracias por tu regalo de una vida eterna y por la esperanza que ahora tengo en ti. Am n."
Referencias B blicas (NVI): 1 Romanos 15:13, 2 Juan 10:10, 3 Romanos 3:23, 4 Isaias 59:2, 5 Romanos 6:23, 6 1 Corintios 15:3-4, 7 Romanos 3:23, Juan 3:36, 8 Romanos 8:35, 38-39.