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Beskrivelse
Honduras es un pa s por contar. Muchas de sus historias son a n desconocidas. Las que se cuelan por los medios de comunicaci n se muestran como un escaparate macabro y fr o, sin origen ni futuro. El periodismo hondure o de los ltimos cuarenta a os ha narrado muy poco. Atr s quedaron las p ginas de Juan Ram n Molina en El Cronista, que exploraban la vida nacional, ironizando la doble moral de los poderosos. Atr s tambi n quedaron las cr nicas de In s Navarro, R mulo Dur n, Froyl n Turcios, Luis Andr s Zu iga, Jerem as Cisneros y Mariano Vasquez, todas a principios del siglo XX, as como las de Ventura Ramos y Medardo Mej a, los ltimos maestros a mediados del siglo, quienes inspiraron nuestro trabajo y a quienes les dedicamos este primer a o de producci n. No han sido la televisi n ni la radio los responsables de opacar el periodismo en Honduras, como se ha hecho creer, fomentando el mito de que a los hondure os no nos gusta leer. Ha sido, como a rma la periodista Thelma Mej a en su libro Noticias in ditas de una sala de redacci n, la corrupci n de un amplio sector de la prensa (que) se expresa en el matrimonio o negociaciones que hace (el periodismo local) con los grupos de poder pol tico y el gobierno y fomenta, a conveniencia propia, la mediocridad y el olvido. Cuando concebimos la idea de fundar un peri dico, nos enfrentamos primero al reto de unir dos profesiones hoy divorciadas: los periodistas escriben poco y los escritores poco conocen de periodismo. Aun as , poco a poco lo fuimos logrando (aunque nos queda mucho por construir). Luego vino el reto m s importante: ser le dos. Ha sido dif cil deshacer la idea de que al hondure o lo agobia la lectura de m s de un p rrafo y, por lo tanto, pre ere el meme sobre el reportaje de investigaci n. Aprender la reglas del periodismo moderno ha sido tambi n un reto. Debidos, ante todo, obviar la opini n vulgar y el rumor, y centrar nuestros argumentos en la fuente y el testimonio. La nanciaci n, el tal n de Aquiles de todo proyecto, ha estado all siempre, como una espada de Damocles pendiendo sobre nuestra cabeza, esperando que termine la cuenta regresiva para cerrarnos. Pero seguimos adelante, conformando un equipo peque o de redactores y aprendiendo en el camino. El 2016 fue un a o cargado de eventos importantes para la Historia nacional, los cuales repercutir n en el futuro: el asesinato de Bertha C ceres, el proceso de depuraci n de la polic a, la crisis interna de los partidos de oposici n, los procesos de extradici n de narcotra cantes, la elecci n de la nueva Corte Suprema de Justicia, la inscripci n de Juan Orlando Hern ndez para la candidatura para un segundo per odo como presidente, por nombrar s lo algunos. Este primer anuario de El Pulso correspondiente al a o 2016, se avoca a la urgencia de registrar los hechos hist ricos m s relevantes de Honduras, pues consideramos importante construir los cimientos de la patria por medio de la nota period stica para bene cio de las futuras generaciones.