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Beskrivelse
Alguien ten a que haber calumniado a Josef K, pues fue detenido una ma ana sin haber hecho nada malo . La cocinera de la se ora Grubach, su casera, que le llevaba todos los d as a eso de las ocho de la ma ana el desayuno a su habitaci n, no hab a aparecido. Era la primera vez que ocurr a algo semejante. K esper un rato m s. Apoyado en la almohada, se qued mirando a la anciana que viv a frente a su casa y que le observaba con una curiosidad inusitada. Poco despu s, extra ado y hambriento, toc el timbre. Nada m s hacerlo, se oy c mo llamaban a la puerta y un hombre al que no hab a visto nunca entr en su habitaci n. Era delgado, aunque fuerte de constituci n, llevaba un traje negro ajustado, que, como cierta indumentaria de viaje, dispon a de varios pliegues, bolsillos, hebillas, botones, y de un cintur n; todo parec a muy pr ctico, aunque no se supiese muy bien para qu pod a servir.