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Beskrivelse
Aunque Dios no necesita de nuestros bienes, cuando l nos pide algo es porque anhela darnos m s, pero con su bendici n. Cuando le entregamos al Se or las primicias, la parte restante es bendecida. Sin embargo, ten en cuenta que antes de que Dios otorgue subendici n, siempre te pedir que le entregues lo primero en todos los ordenes de tu vida. No hay espacio para las especulaciones. Entr gale hoy tus primicias a Dios.