El Pallo Gelao

En el cuento interminable, las mismas cuestiones, una y otra vez es el rizoma de las inconsistencias de la evoluci?n. La palabra, el artificio que finge el instante; la geometr?a, que articula el sinf?n, entre ellos, se construye el pensamiento para dar cuenta de las perplejidades que, como un nervio, atraviesa la arqueolog?a de un vac?o que se llena con la tensi?n con que la existencia intenta procurar un sentido.

En El Pallo Gelao, Ana Abreg? ironiza sobre las torceduras de la naturaleza, el lenguaje, las singularidades del progreso, y las inc?gnitas de la realidad que trastorna la l?gica del tiempo -ajeno al latido de los relojes-, con que la expresividad intenta reconstruir el mundo.

A trav?s de los ojos de este personaje, El Pallo Gelao -algunos lectores lo encontrar?n familiar-, cuya circularidad perturbadora no encuentra sosiego; enfrentado a la propuesta de Ana Abreg? expresa una ruptura -quiz?s un fin-, en un recorrido por algunos enigmas de la biolog?a, la matem?tica, la historia, la filosof?a, la cu?ntica, la vida.

Oitos Rossi.