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Beskrivelse
Cuando m ster Hiram B. Otis, el ministro de Am rica, compr Canterville-Chase, todo el mundo le dijo que comet a una gran necedad, porque la finca estaba embrujada.Hasta el mismo lord Canterville, como hombre de la m s escrupulosa honradez, se crey en el deber de particip rselo a m ster Otis, cuando llegaron a discutir las condiciones.El fantasma existe, me lo temo dijo lord Canterville, sonriendo, aunque quiz se resiste a las ofertas de los intr pidos empresarios de ustedes. Hace m s de tres siglos que se le conoce. Data, con precisi n, de mil quinientos setenta y cuatro, y no deja de mostrarse nunca cuando est a punto de ocurrir alguna defunci n en la familia...