Du er ikke logget ind
Beskrivelse
Se me concedi traer a Guatemala desde mi terru o el vicio del caf expreso ma anero y el puro toscano de aroma nico y cautivador. Luego me qued cojo porque la lucha tesonera de la hija de un general logr instaurar la ley antitabaco. Una ley que result ser la m s observada y respetada de la historia de Guatemala Afortunadamente el caf -bar al que iba con frecuencia estaba localizado en una buena librer a, eso me ayud a olvidar el puro. Observaba all a muchos lectores enfrent ndose a libros complicados, que luego abandonaban a la mitad para buscar textos m s sencillos, al menos para descansar la mente y el esp ritu. As fue como se me ocurri escribir sobre episodios sencillos de mi pasado, todav a con algo de esas contradicciones y conflictos propios de la pubertad y de la adolescencia que viv en Insubria y en otros lugares. Por ese entonces la vida de los barrios y los pueblos del mundo entero era sorprendentemente parecida. Era como si la convivencia y los lazos establecidos por los emigrantes hubieran sido el germen de la globalizaci n actual. El destino me concedi un nombre de pila y un apellido que a lo largo de mis viajes por medio mundo nunca encontr juntos enninguna otra persona. Sin embargo, la literatura pareci insinuarme el derecho a una rendija en ese mbito cuando, en el oto o de 2006, busqu mi identidad en Internet. Apareci , ante mi gran sorpresa, el libro La vida heroica de Tito Bassi, escrito por Henry de R igner, de la Academia Francesa, en 1914. Se trata de un cuento en el que el autor da un testimonio fant stico de una poca lejana en la fastuosa ciudad de Vicenza (Italia). All naci y vivi aquel Tito Bassi, el nico hom nimo que he conocido hasta hoy Decid , entonces, dedicarme a la redacci n de este libro. Le pregunt al abogado Tettamanti, de Lugano, titular de una poderosa financiera internacional, si debido a que lo mencionaba en relaci n a algunos hechos pol ticos locales quer a leer previamente los p rrafos que lo pon an en evidencia. En Guatemala dicen: El que nada debe, nada teme. La respuesta que obtuve fue una lecci n de claridad y sabidur a que considero obligado citar: Voy a leer conmucho gusto su texto pero no con antelaci n. Creo firmemente que cada autor debe ser libre de expresarse como quiera. Y sus recuerdos, impresiones o juicios, obviamente subjetivos, deben ser espont neos. Las simpat as y antipat as de mi infancia, mi pubertad y mi juventud las he evidenciado subjetivamente pero de buena fe, aunque tal vez quebrantando un poco los esquemas tradicionales. Mis viajes, mi vida en el extranjero y los hechos que he experimentado a lo largo de los a os me han corroborado plenamente que es muy cierto el dicho: Qu peque o es el mundo. Y tambi n este otro: Todo elmundo es una aldea. Aldea global dicen actualmente. No creo haberme ensa ado contra mis ra ces ni contra quien me adopt , Guatemala; solo escudri en los meandros que unos eluden y otros prefieren no describir con libertad. A este libro seguir otro volumen para terminar de unir mi pasado con mi presente; esa metamorfosis obligada de pasar de los Alpes al tr pico. El mensaje a mi patria de origen, y ahora a la adoptiva, Guatemala, es que en algunos aspectos espirituales el serhumano nace y crece de manera muy parecida en todas partes, pero con las caracter sticas de su respectivo ambiente. Lo que afortunada o desafortunadamente determina el cambio es el pensamiento dominante en la sociedad. Es ah donde la historia escribe escenarios distintos. Quiz s dependa de la autogesti n comunitaria o de quien sea el rbitro del partido Env o un caluroso homenaje a la privilegiada tranquilidad, belleza y paz del id lico Tesino, que me vio nacer. Extiendo tambi n mis mejores deseos para Guatemala -el pa s que me acogi y que, al igual que Tesino, est lleno de maravillas-, para que pueda finalmente alcanzar la justicia, la paz y la tranquilidad para tod