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Beskrivelse
Mr. Verloc, al salir por la ma ana, dejaba su negocio nominalmente a cargo de su cu ado. Pod a hacerlo porque hab a poco movimiento a cualquier hora y pr cticamente ninguno antes de la noche. Mr. Verloc se preocupaba bien poco por su actividad visible y, adem s, era su mujer quien quedaba a cargo de su cu ado. El negocio era peque o y tambi n lo era la casa. Era una de esas casas sucias, de ladrillo, de las que hab a gran cantidad antes de la poca de reconstrucci n que se abati sobre Londres. El negocio era cuadrado, con una vidriera al frente, dividida en peque os paneles rectangulares. Durante el d a la puerta permanec a cerrada; por la noche se manten a discreta y sospechosamente entreabierta.