Criaturas del Señor

Nadie puede saber si Dios juega a los dados con tomos y protones, pero estamos seguros de que ha organizado una loter a con genes y cromosomas. Por estas p ginas desfilar n individuos que, como todos, participaron en este sorteo y perdieron, sembrando en el mundo enanos acondropl sicos, hombres con cola, mujeres barbudas, gordos colosales y monarcas infradotados; en definitiva, una serie de lusus naturae o bromas de la naturaleza, como las llamaba Arist teles con un dejo de iron a. En Criaturas del Se or desfila el Hombre Elefante junto a gigantes enamorados, falsas sirenas, hombres de tres piernas jugando al f tbol con siameses desconsolados, mientras Phineas T. Barnum anuncia el espect culo m s grande del mundo, a la vez que cuenta sus millones y comenta, con una sonrisa entre los labios, que "a cada minuto nace un idiota", digno de ser enga ado con sus trucos. Entre estos prodigios de la naturaleza (como Johnny Eck, el Rey de los Freaks, el Pr ncipe Randian, el Hombre Gusano, o Julia Pastrana, la hirsuta cantante mexicana) y el resto de la humanidad, solo existe una nfima proporci n de ADN modificado por azarosas mutaciones. De esta caprichosa y voluble sucesi n de cidos nucleicos, depende nuestra vida. As de fr gil es nuestra monstruosidad. As de endeble es nuestra supuesta normalidad.