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Beskrivelse
¿El deber ético-religioso de la comunicación de poder reduce el mal de la comunicación de poder? La comunicación de poder privilegia el acto de comunicar, el poder de los dispositivos y el poder autónomo en detrimento del respeto del deber ético y religioso. El principio de su deber es incongruente. Los periodistas desinforman así a sus oyentes y tiranizan el mundo. La instrumentalización del poder de la comunicación provoca conflicto y división. En cuanto a la comunicación deber-poder, su deber y sus poderes dependen del deber ético-espiritual. Este deber hace responsable al emisor. El hombre del deber-poder religioso se vuelve serio y honesto, establece el rigor y, por amor, comunica para el bienestar de la gente. Gracias al principio del deber de amor espiritual, vela por sus tareas, respeta su objetivo y preserva la verdad ético-religiosa. La comunicación ético-religiosa excluye la parcialidad y la incorrección, condena la violencia y preserva la esencia moral del hombre y su relación con Dios. La relación subjetiva e interhumana resuelve menos problemas en el mundo que la relación con Dios.