Du er ikke logget ind
Beskrivelse
Parece una contradicci n la necesidad por encontrar un afrodis aco potente que nos asegure el xtasis, cuando realmente siempre lo hemos tenido a nuestro alcance, ya que el propio ser humano es el mejor de los afrodis acos. Esta es la raz n para que una simple fotograf a, una prenda de lencer a, un recuerdo o un discreto susurro incitante por tel fono, sea capaz de mover el impulso sexual, el m s intenso de todos los conocidos. No obstante, y para aquellos casos en los cuales necesitamos una ayuda a nuestros sentidos y a nuestros rganos genitales (especialmente el var n), los afrodis acos externos, sea utilizando una planta o un alimento, pueden meternos (y perdonen la paradoja) por lo menos en el s ptimo cielo, pues a los seis anteriores ya habremos llegado con los elementos habituales. Por si nos los recuerdan, les indicar cuales son: la vista, el olfato, las caricias, las palabras, el ambiente y la mente. Pero si cuando todo esto es propicio (dos cuerpos desnudos deseando abrazarse) y a n as las sensaciones no son todo lo placenteras e intensas que nos gustar a, y necesitamos pedir ayuda a medios inofensivos que nos den ese empujoncito imprescindible, la naturaleza nos ha puesto a nuestro alcance una gran variedad de remedios. Por ello y aunque los cient ficos sigan insistiendo en que no existen sustancias afrodis acas dignas de inter s y que todas son meros placebos, el prop sito de este manual es mostrarles todo el inmenso arsenal de alimentos, plantas medicinales y modos de estimular el apetito sexual disponibles, algunos de los cuales son reconocidos como muy efectivos por consumidores de todas las naciones y pocas.