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Beskrivelse
Cuando las primeras pel culas de ciencia-ficci n aparecieron estaban compuestas de ideas delirantes y mundos quim ricos, con para sos perdidos y m quinas producto de una imaginaci n poco pragm tica. En lugar de apoyarse en verdades cient ficas y robots que quiz un d a se pudieran realmente construir, operaban bajo el prisma de los sue os infantiles, en un ambiente en donde todo pod a tener lugar, aunque fuera tan irreal que motivara a la risa. De ah le vino la fama de pel culas de serie B, con bajo presupuesto, malos actores y peores guionistas. Pero pronto los mejores escritores, entre los que destacaron H. G. Wells y Julio Verne, llegaron a ser fuente de inspiraci n para historias bien construidas, y de ah a la inmortal "Metr polis" ya hab a solamente un paso. Desde ese momento, las m quinas y los planetas consiguieron la categor a de personajes y llegaron a anular casi completamente a los propios actores, quienes se segu an comportando como ni os representando un cuento infantil. Este era el esp ritu de los primeros a os, con obras memorables como "Voyage dans La Lune" de George M li s, quien tambi n se atrevi en 1907 con la obra de Julio Verne "20.000 leguas de viaje submarino, aunque la duraci n apenas llegaba a los 18 minutos. Despu s nos llegaron "Der Golem" y "Metr polis," sta ltima restaurada recientemente para el mercado del DVD y cuya duraci n de 182 minutos rompi todos los esquemas de entonces, obligando a la productora a mutilarla en 60 minutos. Pero gracias a estos pioneros la ciencia-ficci n en el cine gan la misma categor a que ya ten a en las novelas, y las productoras la incluyeron en sus proyectos anuales, logrando algunas de ellas conseguir xitos rotundos en taquilla. Otro aspecto, adem s del puramente literario, que contribuy al xito de las pel culas de ciencia-ficci n, fue lo que se denomin como efectos especiales o visuales, pues con ellos consegu an mostrar lo que hasta entonces solamente exist a en nuestra imaginaci n, rivalizando desde entonces con su mayor enemigo, el cine de terror. Si bien ambas modalidades trataban de llegar a un p blico que no gustaba de las pel culas convencionales que reflejaban la realidad, y mientras que el cine de terror quer a conmocionar, el de ciencia-ficci n solamente pretend a hacer salir al espectador del mundo real, al menos mientras durase la proyecci n. Por eso debemos tener bien presente que este tipo de cine no podr a existir sin los efectos especiales, pues van tan unidos como el teatro a los decorados. Esto significa que la calidad de los efectos especiales debe ser tan importante como la misma historia, y me atrever a a afirmar que incluso m s decisiva que la propia direcci n, pues mal se puede entusiasmar al p blico si lo que muestra no parece real, aunque estemos hablando de robots y galaxias perdidas en el infinito. Por ello, y aunque reconocemos que el cine es la "f brica de los sue os," creo que esta gran verdad nunca est mejor aplicada que en las pel culas de ciencia-ficci n. Todo cuanto nuestra imaginaci n pueda so ar, pensar o desear, puede ser plasmado en una pel cula, e incluso la mayor a de las veces con bastante m s realismo que en nuestra mente. Los viajes espaciales, la vida en otros planetas, el contacto con extraterrestres, as como la vida en las profundidades marinas o la lucha contra terribles monstruos, han sido llevados ya a la pantalla para deleite de todos los p blicos. Desde las legendarias pel culas de los a os 50, "El enigma de otro mundo," "La guerra de los mundos," "Cuando los mundos chocan," o "Ultim tum a la Tierra," hasta ahora, las cosas han cambiado bastante y el cine de ciencia-ficci n ocupa ya un lugar de privilegio en los gustos de la gente y algunas de las pel culas m s taquilleras de todos los tiempos tienen como tema los extraterrestres o los "platillos volantes."