Sin Dios y sin el hombre

El hombre moderno quiso conseguir la adultez dejando de lado la tutela religiosa del medioevo: vivir sin Dios, apostando por lo humano, el progreso, el bienestar...La crisis de la modernidad tambi n puso en vilo al humanismo ateo. Desilusionadas por un mundo que no se parece al prometido por las generaciones anteriores, las personas contempor neas deambulan en la indiferencia, lejos de los compromisos "duros" de cu o religioso o de la militancia atea. Hoy se vive sin Dios y sin el hombre. Es posible rescatar lo fundamental de la apuesta humanista religiosa, de la b squeda del ate smo, sin perder de vista los reclamos del mundo de hoy? Este ensayo propone un di logo humanista con la cultura en la que nos ha tocado vivir y las posibilidades de compromiso por un mundo m s justo y fraterno y una vivencia religiosa abierta a la trascendencia, pero claramente con los pies en la tierra.