Lecumberri, El Lado Blanco del Palacio Negro

"Lecumberri, el lado blanco del Palacio Negro" Roberto tiene algo que compartir. Vivi una injusticia, una equivocaci n de la ley. A los veinte a os entr a Lecumberri, donde estuvo quince, de 1955 a 1971. Lo acusaron del asesinato de una mujer a la que cuatro j venes con antecedentes penales atacaron. Como puede verse al estudiar el expediente, Roberto no estuvo en el lugar de los hechos. Su juicio dur escasamente tres meses y fue sentenciado a veintitr s a os. Un mes despu s, en otro juzgado, otra persona, Alberto Hern ndez Rodr guez, recibi una sentencia de treintai n a os por el mismo delito y se dej abierta la averiguaci n para cuando se capturara a Roberto a quien se consider pr fugo. Su capacidad de adaptaci n, su car cter, la formaci n que le dio su abuela y su oficio de panadero fueron elementos que le permitieron hacer cambios para mejorar ntegramente la c rcel. En el Palacio Negro los presos ten an responsabilidades laborales y Roberto escal cargos hasta llegar al m s alto. Disfrut de privilegios que supo ganarse. Se cultiv , pint , se cas y tuvo cuatro hijos. Conoci a peligrosos asesinos a quienes controlaba con car cter. Tambi n aprendi mucho de presos de gran cultura y educaci n, como Humberto Mariles, a quien admir y con quien convivi . Algunos personajes importantes de nuestra historia, artistas, periodistas, pol ticos, estuvieron presos con l y otros visitaron el penal durante su estancia y se interesaron en l por sus aptitudes de liderazgo. En la actualidad, Roberto disfruta con salud y libertad de una vida productiva al lado de su segunda esposa, la autora. Con su segundo matrimonio entr a formar parte de una familia de artistas muy queridos por el pueblo mexicano. l y ella tuvieron el valor de curar sus heridas, aplicar la experiencia y crecer para cuidar y hacer crecer su amor. Roberto quiere compartir su f rmula para reincorporarse a la sociedad: EDUCACI N, TRABAJO y DEPORTE. Quiere abundar en las ventajas de legislar para que sea obligatorio que el preso trabaje desde que entre a la c rcel. Tiene una propuesta para que las c rceles sean auto financiables. En suma, quiere dar testimonio de que se puede sufrir una injusticia y convertirla en una oportunidad de crecimiento. Dalia In s Nieto Jim nez