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Beskrivelse
No llaman la atenci n las l grimas en la cara de quien ha perdido un ser amado por muerte o abandono. Es comprensible el llanto impotente de quien es objeto de una violencia arbitraria o sufre una gran desilusi n. Un intenso dolor de muelas tambi n puede hacer llo- rar. Nada nos interroga cuando las l grimas brotan a causa de una experiencia de sufrimiento evidente.Pero hay otras l grimas que, aun cuando nos pare- cen naturales, no resultan f cilmente explicables: son las que surgen en situaciones de intensa dicha. L gri- mas que aparecen, por ejemplo, en el momento de un reencuentro largamente esperado, o cuando alguna prolongada y penosa b squeda se ve coronada con el xito. Es habitual ver llorar a quien recibe emocio- nado la noticia de un embarazo, o a quien ve por pri- mera vez al hijo reci n nacido. Un orgasmo particu- larmente intenso, a veces, desencadena el llanto. La lista es extensa. Estas l grimas se presentan, entonces, como signos de alg n desgarro ignorado en el seno mismo de una profunda experiencia de satisfacci n. Las llamaremos "l grimas de lo real".Las l grimas de lo real constituyen una buena v a de entrada para nuestra interrogaci n, porque ponen de manifiesto la estructura bifronte (placer y sufrimiento) de aquello que Lacan ha definido y nombrado como "goce".