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Beskrivelse
Nuestro tiempo, gravitado en su modo de pensar por el vasto panorama que las ciencias han obtenido sobre la naturaleza del universo y de la vida, suele encarar bajo una mirada cient fica la resoluci n del problema en torno al origen y la eternidad del mundo. Por ello entendemos que el discernimiento de los n cleos problem ticos formulados en otro per odo hist rico, pueden resultar de inter s para el pensamiento contempor neo si se tiene como finalidad descubrir el foco del verdadero problema filos fico que, por ser tal, transita de un modo permanente el curso de la historia, trasvas ndose de una poca a otra bajo formulaciones diferentes, y exponiendo una misma dificultad metaf sica, antigua y a la vez, siempre nueva.La querella medieval sobre el tema que nos ocupa se ha expresado en tres oportunidades distintas. La primera entre el neoplat nico cristiano Juan Filop n y Simplicio, en los inicios del siglo VI, discutiendo ampliamente las argumentaciones aristot licas.Una segunda fase, en el mbito del pensamiento musulm n, se produce cuando Algacel disputa con los fil sofos, la tesis de la eternidad del mundo como contraria al Cor n y a la raz n. Y es Averroes quien, en nombre de la raz n, de Arist teles y de la filosof a, le propone como res-puesta su Destrucci n o Incoherencia de la incoherencia.Por ltimo, la etapa que cierra el medioevo se produce en el seno de la universidad medieval cristiana y latina, en la segunda mitad del siglo XIII y queda centrada en las figuras de los maestros Buenaventura y Tom s de Aquino. Es este el momento de mayor efervescencia entre la posici n de los maestros de artes y los te logos; su trazo distintivo es que pone en juego a un n mero muy importante de interlocutores que han tenido innegables proyecciones en el pensamiento posterior.